miércoles, 10 de julio de 2013

DÍA DE PISCINA

Dicen que las dos situaciones más estresantes son un divorcio y una mudanza...
Sin quitarle mérito a esta afirmación, he de confesar que ir a la piscina con tres niños es de todo menos relajado. 
El peque, después de gatear en un km a la redonda por el césped, y habiendo mirado con gesto de "yo ahí no me meto", al agua de la piscina, ha decidido dormirse, pensando, con mucha razón,que no seríamos tan crueles como para meterlo en el agua dormido.
En la piscina en la que hemos estado, necesitas un cochecito de esos que usan en golf, ya que es enorme, y desde dónde estábamos situados hasta la piscina pequeña había una distancia más que considerable.
Comenzamos la mañana bien, yo me voy con los dos mayores al agua. Pero, sorpresa!, la niña entra en pánico repentino y no quiere meterse.
El mayor, que ya es muy muy mayor, llama a su hermana miedica, tonta, y varios insultos más. Se mete en el agua y yo mientras tanto sentada en el borde con la nena. Sale mi hijo del agua, y sin mediar palabra, decide que lo mejor para quitarle el miedo a la niña es empujar la y que se las apañe para salir. Gracia a una chica que actúa rápido, la saca de un brazo y todo se queda en nada. En nada, aunque casi me da un sincope, y a mi hijo un ataque de risa al ver a su hermana llorando... En fin.
Luego vamos a la pequeña, pero el grande quiere tirarse por los toboganes. Vamos a los toboganes, y la niña quiere ir a la pequeña.
Y a todo esto yo sin mojarme más alla de las rodillas, y con las prisas, creo que no me he puesto ni crema, mañana os cuento como esta mi espalda.
pienso en lo injusto que es el paso del tiempo con el cuerpo de las mamás. Cuando tienes 18 años y no te sobra un gramo de grasa, y la que te sobra no se menea nada, estas todo el día tirada en la toalla, un rato para arriba, y un rato para abajo...
Pero, y ahí viene la injusticia, cuando lo único que te apetece es estar tumbada, metiendo tripa, y sin dejarte ver demasiado, ahí, ahí, en ese mismo momento tienes que estar todo el día corriendo por la piscina, agachada para que tu niña no tenga miedo en el agua, y luciendo cuerpo cual vigilante de la playa.
He llegado a cada reventada, cansada, y sin mojarme apenas.
Eneko ha despertado de camino a casa, la próxima vez me pido dormirme yo...




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