viernes, 16 de mayo de 2014

Hola hijo,
Te escribo esta carta para contarte algo importante. Necesito que cuando leas estas palabras, sepas que nunca estuviste solo. Que puedes mirar alrededor con confianza, porque en algún lugar, siempre habrá alguien que te muestre su mejor sonrisa.

Ser tu madre ha sido estos años como un aprendizaje rápido y sin apuntes, una carrera contrarreloj, un ir y venir de emociones. Y para que no me rindiese, estabas tú y tu sonrisa.

Naciste demasiado pronto, y algún día te regañaré por ser tan impaciente... Algún día.

No me canso de contarle a todo el mundo las cosas tan maravillosas que consigues. Lo excepcional que es nuestra vida, lo feliz que me haces cada día. Y no me cansaré nunca de hacerlo. Porque es lo que me prometí a mi misma cuando supe que eras especial. Decidí que nunca serías una parte oculta de mí. Decidí que irías siempre a mi lado, y que jamás bajaríamos la mirada ante nadie.

Y hemos conseguido el cariño de mucha gente. Bueno, a ti te quieren más... Hemos logrado que muchos padres y madres acepten con normalidad una situación diferente. Hemos conseguido que muchas personas tomen conciencia de lo que es la discapacidad.
Tu has conseguido tantas cosas... Y las que nos quedan por alcanzar. Tu historia acaba de empezar, y aquí está tu madre, para ayudarte a escribir una gran historia. La vida de un valiente, de un niño que llegó demasiado pronto. La historia de una persona única, con la sonrisa más cautivadora de la tierra.
Con tu permiso, quiero agradecer en esta carta a todas las personas que nos están ayudando a cumplir nuestros sueños. A nuestros amigos , a nuestra familia, a los seguidores de nuestro Diario, a nuestro pueblo. A todos los que nos apoyan desde la distancia o en la cercanía, miles de gracias.

Algún día, estoy segura, Eneko escribirá en este Diario. Y os dará las gracias personalmente. Espero que sigáis con nosotros para leer sus palabras.




No hay comentarios:

Publicar un comentario