sábado, 21 de septiembre de 2013

Y TÚ HICISTE...

Y tu hiciste que escuchase la música y no la oyese. 
Y tu hiciste que sentir un abrazo fuese algo más especial. 
Y tu hiciste que para decir "te quiero", no hicieran falta palabras. 
Y tu hiciste, que la palabra lucha, se instalase en mayúsculas en nuestra casa. 
Y tu hiciste que todos, seamos más fuertes, más valientes...
Todo eso hiciste tu, con tus limitaciones, con tu dificultad, con todas esas cosas que a veces no nos dejan ver lo verdaderamente importante de una persona. La capacidad de dar tanto por tan poco. 
Nunca te daremos ni la mitad de lo que nos estas dando a nosotros.



OCURRENCIAS INFANTILES...

Los niños son geniales.
El otro día en casa estaban hablando mi hijo mayor y un amiguito suyo, y El niño le preguntaba a mi hijo cuánto tiempo tenía Eneko.
- Tiene 2 años-
- ahhh..-. Contesto el amigo. -¿Y cuándo empieza el cole?-
-Pues el año que viene, aunque mi madre me ha dicho que irá a uno especial-
Entonces irá al mismo colegio que mi hermano...-
-Pues no se- respondió mi hijo
Entonces el amigo se acercó y me lo pregunto.
-si, irá al mismo colegio que tu hermano-
- pues que suerte!! En ese colegio tienen piscina, y es un colé muy chulo!!!
El amigo de mi hijo se acercó a Eneko, se arrodilló frente a el y le dijo:
- eneko, ya verás que bien lo pasas en el colé. Tienes mucha suerte, sabes que tiene hasta piscina?

Es una suerte ir a un cole especial?
Si tiene piscina, sin duda. Quiero pensar a partir de ahora como un niño de diez años.



CÓMO ÉRAMOS ANTES SER PADRES ESPECIALES


Muchas veces pienso como era yo antes de que nacieras. Cuando mi vida era "normal", y tenía los problemas de las familias "normales". Creo que hay que cosas y situaciones que tienes que vivir las para comprenderlas. Alguna vez, o sinceramente bastantes, me he sentido sola e incomprendida. Esperas que los demás, las personas que te rodean, sientan lo mismo que tu. Supongo que eso es imposible. Recriminas en silencio a los que no te preguntan por tu hijo, los que viven su vida al margen de tu sufrimiento y te alejas del mundo que parece no entenderte. Y a veces pienso que no soy justa, o que interpretas mal acciones que en otra circunstancia obviarías o no tendrías en cuenta. Sólo los padres sentimos en nuestras carnes lo que sufren nuestro hijos, y así debe ser supongo. Nos volvemos egoístas? Es posible. A lo mejor las personas huimos de los problemas por miedo, o por no saber como ayudar... No lo se. Ojala me acordase de como era antes de que nacieras, seguramente entendería mejor al resto del mundo...



TIEMPO SIN CALENDARIOS

Hace tiempo deje de contar los meses. Y a veces me cuesta decir con precisión la edad que tienes. Creo que es una autodefensa, para no compararte con nadie. Porque si no pienso en nada es más fácil. A veces algunas personas me devuelven a la realidad, como cuando vamos al hospital y a la hora de pesarte alguna enfermera me dice : -ponlo en la báscula de pie para pesarlo-. En esos momentos tengo que volver a explicar que no te pones de pie, y en algunas ocasiones la mirada de la enfermera no hace justicia con lo que se esperaría de una profesional. Te preguntan:-¿cuanto tiempo tiene?-. Te ves en la situación de tener que explicar que tu hijo tiene esto y aquello y que por eso no puede ponerse en una báscula de mayores. Por suerte casi todos los pediatras del hospital conocen a eneko, y en cuanto entramos en la consulta nos relajamos.
Tu naciste hace dos años, pero no tienes 28 meses. Contigo rompimos los calendarios, tu nos dirás cuando volver a colgarlos en la pared. No tenemos prisa.




CARTA DE ENEKO A SU PAPÁ II

No se qué haría yo sin ti. Dicen que madre no hay más que una, pero yo te incluiría a ti. Me cuidas día y noche, te acuestas conmigo y me abrazas hasta que me duermo. Se qué sufres mucho, pero no te preocupes, lo haces fenomenal. Y te quiero mucho papi. No podría haber escogido un padre mejor.



jueves, 12 de septiembre de 2013

ALGÚN DÍA EL RECUERDO NOS TRAERÁ FELICIDAD

Algún día, miraré atrás, y sonreiré al recordar estos días. Estoy segura de que viendo las cosas desde una relativa distancia, todos los malos momentos pierden fuerza. Se diluyen en la memoria. Y se van mezclando con recuerdos más dulces y amables.
Cuando recuerde los días pasados en el hospital, seguramente recordare también los momentos de intimidad, abrazada a mi hijo dormido. Y esa sensación de amor inmenso, borrará parte de los sustos que pasamos.
Y cuando recuerde lo lento que hemos avanzado, seguro que recordare con más claridad el esfuerzo y las ganas de luchar y superarse de mi hijo.
Y también estoy segura, que cuando haga un repaso general a lo vivido, desde que nació y estuvo en la incubadora, lo miraré y pensaré que todo ha merecido la pena.
Que somos supervivientes del desanimo, que fuimos capaces de sonreír al viento. Y de frenar huracanes. Con nuestro amor.
Cuando recuerde lo que fuimos, estaré muy orgullosa de Eneko.
De su papá, de sus hermanos, de todos los que nos han acompañado en el viaje.
Y de vosotros también.
Algún día, el recuerdo nos traerá momentos de felicidad.





lunes, 9 de septiembre de 2013

TODOS BUSCAMOS SER FELICES

 Y lo buscamos durante toda la vida, olvidándonos a menudo de que la felicidad está presente cada día, aunque dure unos minutos. Hoy es el día perfecto para ser feliz, no mañana, ni pasado. Hoy tienes la oportunidad de cambiar tu destino, de enfrentarte a tus miedos con valentía.
Quizá mañana sea tarde. Quizá mañana hayas perdido una ocasión valiosa de reír, de besar, de abrazar...
Hay algo en lo que las personas que viven una situación como la nuestra llevamos ventaja al resto, es en que tenemos claro que la felicidad no se mide en riqueza ni en lujos, sino en una sonrisa, en avanzar poquito a poco, en subir la montaña centímetro a centímetro.
La felicidad es una actitud, es la percepción del mundo a través de los ojos de nuestros hijos. Aprendamos a vivir como ellos.