jueves, 27 de junio de 2013

LA DULCE TORTURA

Definitivamente, tener hijos es someterse a una tortura dulce y consentida, pero una tortura. Te pasas la vida recogiendo, chillando, limpiando mocos,cambiando pañales,contando cuentos, escuchando historias de enfados entre amigos, y todo sin quejarte. Porque tenemos mucha suerte, somos privilegiados porque somos padres. Todos sabéis el inmenso amor que profeso hacia mis hijos. Pero hay días que... Bueno más que días, minutos, en los que no veo más que niños y cosas que hacer. Y los días pasan, los hijos crecen, y de repente eres la abuela, la suegra, y la madre pesada que reclama que sus hijos vengan a verla los domingos. Y el ciclo siempre es el mismo. Y lo que hace veinte años te parecía normal ahora te horroriza, e ídem lo contrario. Intentas pensar que tu también fuiste un niño, te esfuerzas en empatizar con esa criatura que sólo quiere comer chuches, con ese niño de diez años que cree que sabe de la vida más que tu, (a veces hasta me hace dudar), y con el pequeño que QUIERE chocolate aunque tenga que desmontar la puerta de la cocina. Y lo intentas, y te esfuerzas, y te vas a la cama con la firme decisión de que a partir de mañana, todo va a ser distinto.
Y lo consigues. Es distinto. A veces es incluso peor.
Pero esos momentos dulces, en los que consigues olvidar el desorden, las noches sin dormir, la ropa por planchar, cuando estoy tumbada en el suelo con mis tres hijos alrededor, o cuando los veo dormiditos por fin, pienso que todo es maravilloso. Puede una tortura ser así de gratificante?aunque no lo parezca, si, sin dudarlo.





lunes, 24 de junio de 2013

LA NORIA Y LA BRUJA



Cuando miro a mi hijo, no pienso en su edad. Disfruto con cada avance, cada travesura, cada gesto nuevo y sin querer, o queriendo, albergo la esperanza de un futuro sin limitaciones. 
No hay que dejarse engañar. Mi hijo tiene una discapacidad importante, que marcará su vida en el futuro. Y ese sentimiento de realidad a veces quiere apagar la ilusión. Somos humanos, y como tales, subimos, bajamos, en una especie de noria imaginaria que es nuestro estado de ánimo.
A medida que va creciendo, las expectativas de recuperación se esfuman. Una bofetada en toda la fe.
Y el esfuerzo de gladiador para superar ese miedo a perder el control te deja sin aliento. Pero consigues venirte arriba. Por supuesto. Otra vez en lo alto de la noria. Mirando al mundo con la mirada de un gran conquistador.
Otras veces , como hace algunos días, la noria desciende descontrolada mente y sin frenos.
Estas en el parque, y sin poder evitarlo, observas a los niños que juegan en la arena. Ese espacio destinado a que los más peques hagan castillos, todos provistos de sus cubos, rastrillos y palas. Y tu cabeza ya no es tu aliada. Y acude a oscurecer tu alegría la bruja malvada. Doña Comparación.
Es inútil resistirse a su poder. Comienzas a sentirte fuera de este mundo de "normalidad", y no entiendes por qué tu hijo, que es cien veces más guapo que todos los que juegan allí, posiblemente nunca llegue a disfrutar de una tarde en el parque.
Disfrutar como lo hacen los demás, corriendo, tirándose arena los unos a los otros, lanzándose del tobogán...
Mi hijo mayor me dijo: -Mami, te imaginas que Eneko se baja de la silla y sale corriendo hasta los columpios??-
En la mente de un niño cualquier situación es posible, y por suerte ellos no pueden subir a la noria. Sería demasiado para ellos.
Me gustaría lograr detener la noria a medio camino, entre la euforia y la realidad.
Y puede que lo esté consiguiendo. Aceptar que tu hijo es distinto, pero que tiene cualidades maravillosas. Reconocer que no es como los niños de su edad, pero que hacemos lo imposible para que avance cada día un poquito.
Y rodearle de amor, de cariño, de momentos solo para él.
La bruja Comparación siempre estará ahí, intentemos derrotar la con un hada buena, la Superación.

viernes, 21 de junio de 2013

CONSEJOS PARA PADRES QUE RECIBEN "LA NOTICIA"

A los padres que empezáis el viaje...

Cuando me contáis vuestras historias, siento que al mismo tiempo estamos llevando entre todos la pesada carga de las dificultades y los sinsabores de tener un hijo con algún problema. Pero hay padres que todavía no saben que maleta les ha tocado para su viaje, y eso quizás es todavía más estresante y duro. Cuando sólo hay sospechas, indicios de que "algo no marcha bien", no hay momento de tranquilidad en la mente
Las pruebas, las suposiciones, el será esto o aquello, sumerje a los padres en un mar lleno de furiosos tiburones y olas gigantescas. Porque el miedo a lo desconocido es lo más angustioso, lo más desesperante de todo el proceso.
Queremos pensar que no será nada, pero también vemos que algo pasa. Y ya nada es como antes. Cualquier atisbo de mejoría nos sube al cielo, u al día siguiente un retroceso nos hunde en el infierno.
Que os puedo decir, pues que penséis en vuestro hijo, o mejor, que penséis como si fuerais vuestro hijo. Que nada empañe su infancia, que las etiquetas que nos empeñamos en poner los mayores no le afecten.
Que más da que sea a, b, o c. Sigue siendo esa personita que llegó al mundo con todos sus derechos. Y el principal y más importante, el derecho a ser feliz. Y en las etiquetas no dice que tengan que ser desdichados.
Por ultimo, no os encerréis en vuestros pensamientos. Buscad ayuda, apoyo en la gente que os quiere, y en padres que ya hayan pasado por ese pasillo oscuro y estrecho. Poco a poco se abrirá una ventanita, y más tarde se abrirá una puerta de par en par. Y entrara aire fresco. Prometido.




jueves, 20 de junio de 2013

CARTA A MI HIJO JAVIER

Fuiste un hijo buscado, esperado, querido. 7 años fuiste el único niño en casa. Y todo era para ti. En dos años, dos hermanos. Y con el nacimiento de Eneko, has tenido que aprender a convivir con una hermana que no para quieta y un hermano con problemas. Has adquirido unos valores que muchos no los tendrán en su vida. El respeto a las personas, tanto si están bien como sí sufren algún trastorno o discapacidad. Estoy tan orgullosa de ti, que te voy a perdonar que hayas suspendido Lengua. En la asignatura de hermano mayor has sacado matricula de honor.






viernes, 7 de junio de 2013

HORA DEL BAÑO

NO ME GUSTA que me bañen. Dice mami que soy muy ratito, porque a todos los niños les gusta. Pues a mi no, y no lo entiende. Cuando oigo el agua corriendo, y veo a mi madre viniendo para mi, ya se lo que me toca... Y por más que llore no hay manera, al agua que me mete. 
Aunque luego me siento muy bien, perfumadito y con la cresta moderna.