lunes, 24 de junio de 2013

LA NORIA Y LA BRUJA



Cuando miro a mi hijo, no pienso en su edad. Disfruto con cada avance, cada travesura, cada gesto nuevo y sin querer, o queriendo, albergo la esperanza de un futuro sin limitaciones. 
No hay que dejarse engañar. Mi hijo tiene una discapacidad importante, que marcará su vida en el futuro. Y ese sentimiento de realidad a veces quiere apagar la ilusión. Somos humanos, y como tales, subimos, bajamos, en una especie de noria imaginaria que es nuestro estado de ánimo.
A medida que va creciendo, las expectativas de recuperación se esfuman. Una bofetada en toda la fe.
Y el esfuerzo de gladiador para superar ese miedo a perder el control te deja sin aliento. Pero consigues venirte arriba. Por supuesto. Otra vez en lo alto de la noria. Mirando al mundo con la mirada de un gran conquistador.
Otras veces , como hace algunos días, la noria desciende descontrolada mente y sin frenos.
Estas en el parque, y sin poder evitarlo, observas a los niños que juegan en la arena. Ese espacio destinado a que los más peques hagan castillos, todos provistos de sus cubos, rastrillos y palas. Y tu cabeza ya no es tu aliada. Y acude a oscurecer tu alegría la bruja malvada. Doña Comparación.
Es inútil resistirse a su poder. Comienzas a sentirte fuera de este mundo de "normalidad", y no entiendes por qué tu hijo, que es cien veces más guapo que todos los que juegan allí, posiblemente nunca llegue a disfrutar de una tarde en el parque.
Disfrutar como lo hacen los demás, corriendo, tirándose arena los unos a los otros, lanzándose del tobogán...
Mi hijo mayor me dijo: -Mami, te imaginas que Eneko se baja de la silla y sale corriendo hasta los columpios??-
En la mente de un niño cualquier situación es posible, y por suerte ellos no pueden subir a la noria. Sería demasiado para ellos.
Me gustaría lograr detener la noria a medio camino, entre la euforia y la realidad.
Y puede que lo esté consiguiendo. Aceptar que tu hijo es distinto, pero que tiene cualidades maravillosas. Reconocer que no es como los niños de su edad, pero que hacemos lo imposible para que avance cada día un poquito.
Y rodearle de amor, de cariño, de momentos solo para él.
La bruja Comparación siempre estará ahí, intentemos derrotar la con un hada buena, la Superación.

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