lunes, 19 de mayo de 2014

SER NIÑO NO ES FÁCIL A VECES...

Ser niño, no es fácil a veces...
Tener toda la vida por delante, tener muchos años por vivir, es en ocasiones una broma, un poema de agridulce sabor. 

Porque no siempre se vive la infancia como se debiera. No se aprende a caminar, a hablar, a jugar como los demás niños... Y estos primeros años se convierten en una carrera contrarreloj, para conseguir los mayores hitos, para alcanzar las metas que
 se alejan a medida que pasan los años...

Y quieres detener el tiempo. Tumbarte con tu pequeño bajo las estrellas, y contarle fantásticas historias de caballeros y dragones. De viajes a la luna, de paseos por encima de las olas. 






Pero no puedes. Porque tiene que luchar. Luchar de verdad. Contra su cuerpecito, que no le obedece. Contra su entendimiento, que se resiste a crecer. Y contra el resto del mundo. Para conseguir las mismas oportunidades que el resto. Las oportunidades que él se merece. Como cualquier niño.

Y quieres regalarle un parque de atracciones. Para que juegue sin parar. PAra oírlo reír, para que corra, para que salte, para que te pida
-Un ratito más, porfa...-

Y no puedes, porque no existe ese parque.

Yo escribo esto al resto del mundo, a toda persona que pueda leerlo. No convirtamos la vida de un niño en una historia dormida. En un cuento sin protagonista.
Si pudiéramos entre todos hacer sonreír a un niño. Si pensáramos que un niño con dificultades, con problemas físicos, intelectuales, tiene absoluto derecho a disfrutar de su infancia, a bañarse en playas, a columpiarse en parques...

Por mi parte, desde mi papel como madre, intentaré construir un tiovivo, aunque alrededor todo sea gris. Y darle muchos momentos de risas, entre guerra y guerra.

A todos los pequeños guerreros y guerreras que os ponéis armadura y cabalgáis al amanecer, a todos los padres/ madres que sujetáis las espadas, las lanzas de vuestros hijos, un mensaje corto pero de corazón:

¡Adelante!






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