jueves, 3 de abril de 2014

NO LLORES MÁS CHIQUITÍN...

No llores más chiquitín...

Yo te prometo que haré lo imposible por que tu vida sea un valle en eterna primavera.

No llores, abrázame fuerte.
Lo sientes? Tú y yo somos uno.
Cualquier dolor que tengas, me llega al alma. Me traspasa la piel.
Qué podría hacer para calmar ese llanto, qué te podría explicar que fuese justo...

Lo cierto es que no lo es. No es justo. Siempre pienso que cuando leas estas cartas ya serás lo suficientemente mayor para entender que la vida es así. Que no siempre nos regala versos de amor.

Y yo, que sólo soy tu madre, que lloraría a pleno pulmón cada vez que te hacen sentir diferente, que arrojaría palabras de rabia cada vez que algún monstruo no te deja avanzar. Yo, que sería capaz de morir por tí, tengo que ser la vela encendida que ilumine tus sombras.

Así somos las madres. Sonriendo mientras te pinchan, calmándote mientras te observan, y fingiendo serenidad mientras mi corazón asoma por mi garganta.

Y sigo queriendo darte días de risas, tardes de suave brisa, y noches estrelladas...

Aunque me ahogue el miedo, seré la más valiente.
Aunque me pueda el cansancio, seré la más veloz.

Aunque mi corazón llore, seré la más alegre.

Todo eso es lo que voy a hacer. No por tí, ni por mí. Lo hago por nosotros.

Por que te quiero. Más de lo que podría explicar jamás.






No hay comentarios:

Publicar un comentario