A mis hijos...
Os quiero. Os quiero tanto que no hay palabras para escribirlo.
Cuando leáis esto, seréis mayores, personas independientes, distintas, con vuestra vida propia.
Espero haber sido la madre que merecéis. Que vuestra infancia haya sido feliz.
Me he equivocado en muchas ocasiones, lo sé. Os he regañado más de lo que debiera, puede ser.
Pero ahora que ya sois grandes, me gustaría que al mirar hacia atrás, una sonrisa se dibujase en vuestro rostro. Que estéis llenos de ese amor que he procurado daros toda mi vida.
Los tres, cada uno diferente, habéis llenado todos los rincones de mi corazón. Habéis hecho florecer mil primaveras en fríos inviernos. Y ni una sola noche de mi vida, en las que he permanecido despierta, cuando estabáis malitos, he sentido que no mereciese la pena. Si cierro los ojos, todavía puedo veros correr hacia mí. Y puedo sentir vuestros abrazos, vuestros besos. Puedo escuchar todos los te quiero.
Siempre estaré, con los brazos abiertos para vosotros. Como cuando eráis niños, y os hacíais daño jugando. De la misma forma que os curaba y os daba mimos, lo haré siempre.
Siempre, pase lo que pase, podéis correr hacia mí. Os secaré las lágrimas del desamor, os curaré las heridas del corazón.
Aunque ya no os daré cada día el beso de buenas noches, cuando vengáis os daré muchos, muchos besos. Para que cada noche pongáis uno en vuestra frente...
Escribo cartas a mi hijo Eneko, con el deseo y la esperanza de que algún día pueda leerlas. Eneko es un precioso niño, lleno de vida y ganas de luchar. Nació a las 30 semanas de gestación, lo que posiblemente sea el causante de su retraso psicomotor. Luchamos cada día por asegurarle una vida mejor. ¿Nos acompañas? síguenos en www.facebook.com/enekodiariodeunsueno
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
que carta mas bonita...no creo que se pueda expresar con palabras el amor de una madre por sus hijos...mucho animo...
ResponderEliminarMuchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminar