Confiar no es esperar que tu hijo sea el mejor. Confiar es saber que luchará y peleará contra las adversidades.
Confiar es ayudarle a levantarse cuando caiga, sabiendo que aprenderá algún día a no caerse.
Confiar es quererle tal y como es, y animarle a descubrir, aprender...
Confiar en tu hijo es tenerle infinito respeto.
Si pedimos una sociedad solidaria, humana, respetuosa, comencemos por lo que tenemos más cerca.
Yo miro a mi hijo y veo un niño. Pero ante todo, veo a una persona.
Confio en ti, hoy y siempre.
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